5 cosas que me enseñó mi ex-jefe.

Fecha de Noticia: Marzo 12, 2014

Por: Carlos Urbina

Cada marzo vienen a mi mente 5 lecciones que me enseñó un ex-jefe, hoy jubilado y que tenía, según contaba él mismo, 40 años de hacer rentas.

Estas lecciones las he guardado en la mente y las quiero escribir para que me sirvan a mí y al que le puedan interesar ya que han sido dadas por alguien con las espuelas fiscales suficientes para matar a toda una gallera.

Aquí van:

1. Nunca asumas. Pregunta siempre.

Nunca asumas que el futuro será como el pasado es una máxima de David Hume, pero también lo debe ser de las declaraciones de rentas.  Por tener ingresos médicos el año anterior, no necesariamente se tendrán ingresos de la misma actividad este año.

Mi jefe me enseñó que ni las líneas de la declaración, ni los ítems de ingresos y gastos permanecen iguales.  Por lo tanto siempre, al hacer una renta, debemos preguntar y nunca asumir qué tipo de ingreso, gasto o línea encaja a la situación actual.

2. Anota porque si no lo haces se te va a olvidar...

En un tiempo sin IPAD o tablets, mi jefe me hizo anotar en hojas y con pluma todo lo que decía el cliente cuando hablaba de una renta.  Lo que no escribes se te olvida y luego de mandar la renta tu cliente se va a acordar de habértelo dicho.

3. Totaliza en un lugar distinto al formulario:

En un tiempo que sonaba “cool” usar una computadora, en lugar de un cuadernillo, para hacer rentas, mi jefe me enseñó totalizar en un lugar distinto al formulario y verificar que el formulario estuviera bien hecho.

Esta es una gran lección que todavía es válida.

4. Devuelve las cosas a su lugar:

Es muy fácil tomar un clip, agrupar todas las facturas de gastos médicos y archivarlas después…

Mi jefe me enseñó que una renta no termina cuando la mandas por internet, la renta termina cuando archivas de vuelta las cosas que necesitaste para hacerla.

5. Nunca mandes una renta sin el OK de tu cliente:

Aunque parezca obvio, no debemos dejar de tener el OK de un cliente antes de mandar una renta. 

En ese tiempo aprendí a no mandar una renta sin tener un Fax del cliente sin las siglas que dijeran OK encima del borrador de renta.  Hoy, con emails que pueden responderse desde un reloj, mandar una renta sin el respaldo de un OK no tendría perdón para nadie en mi oficina ni en ningún otro lugar.

Mi ex-jefe disfruta su jubilación con su esposa y sus nietos. Según me ha contado todavía hace rentas y de vez en cuando, si el cliente molesta mucho, me las refiere a mí, por lo que le estoy muy agradecido. Espero que esto signifique que aprendí bien lo que me enseñó.

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